Hoy, 22 de diciembre, el día en que a la mayoría, no nos ha tocado la lotería y nos «conformamos» con tener salud, he estado reflexionando, y es un día en el que quiero dar las gracias. Y es que tengo infinidad de motivos para estar muy agradecida, el principal, como no, gozar de una buena salud, que a mis años, y al empezar a tomar más conciencia de ello, empiezo a cuidar. Pero además, agradezco tener personas a mi lado que no dejan de enseñarme a ser agradecida, mis compañeras, mis usuarias, mis pacientes, mi familia, mis amistades….. Personas de las que he oído un millón de veces el «gracias Bárbara», y yo sólo puedo responder: Gracias a vosotras, por vuestro ejemplo de lucha y superación, por vuestra valentía, vuestras risas y vuestro calor, suena cursi, pero lo digo de verdad.
Pues bien, por eso me he decidido a compartir este post con unos ejercicios que pueden ayudarnos a finalizar el año 2023 con un buen sabor de boca, con un recuerdo emocional positivo, que hará que se incline la balanza hacia el lado bueno cuando evaluéis cómo os ha ido este año. Se trata de practicar la GRATITUD, lo que me ayudará a desarrollar emociones positivas, mayor bienestar en todos los ámbitos de la vida y realizar cambios en mi pensamiento y en mi conducta que ayudan a que ese bienestar se mantenga de manera permanente.
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- El primer ejercicio que os planteo es escribir pequeñas notas de agradecimiento, en concreto tres.. Elegid tres personas a las que tengáis, o queráis (mucho mejor), agradecerle algo este año, cualquier cosa, un favor, una palabra de aliento, un aprendizaje, seguro que salen más de tres, si es así, mejor, pero al mínimo, nos comprometernos a realizar tres notas de agradecimiento.
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- El segundo ejercicio consiste en que, cada noche, durante los días que nos quedan hasta fin de año, evoquemos el momento del día en que nos hemos sentido más agradecid@s, y al recordarlo, lo volvamos a experimentar, a saborear y a disfrutar.
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- Y el tercero y último es el más importante. Se trata de que aprendamos a centrar nuestra atención en todas las cosas, personas y acontecimientos positivos que suceden a lo largo de cada día. Una de las mejores formas de hacerlo es cambiar la queja por agradecimiento. ¿Por qué? Porque estamos acostumbrados a quejarnos, la vida es difícil, y pensamos que así nos aliviamos, sin darnos cuenta de que resulta peligroso en ocasiones, pues nos conduce a una espiral de pensamientos negativos que llevan asociados emociones del mismo signo. Por eso, cuando vaya a quejarme, o incluso, después de haberlo hecho, tengo que dar las gracias en voz alta por algo que me haya ocurrido.
Espero que hagáis los ejercicios, podéis consultar cualquier duda que tengáis. Y poco más, gracias por leerme, por estar ahí, y por acompañarme este año. Gracias.
Bárbara Zorrilla Pantoja
Psicoterapia Integral Mujer
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