Las denuncias por violencia sexual en España van aumentando progresivamente, y aún así, estas denuncias sólo representan la punta del iceberg de todas las violencias sexuales que se producen y que siguen invisibilizadas. Según el informe sobre Violencia sexual en España “Una síntesis estimativa” (2020), elaborado por el Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona para el Ministerio del Interior, identificar este tipo de violencia es difícil porque suele suceder en contextos privados y suele esconderse tanto por el perpetrador como por la víctima e incluso por los testigos, aunque es difícil que los haya. Por eso se habla de cifras negras para referirse a estos datos ocultos que no son conocidos por la policía y la justicia, escondidos del escrutinio público.
Aún así, cada vez son más mujeres las que interponen denuncias por esta violencia que se manifiesta de diferentes formas como acoso o agresión. La Ley Orgánica 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual habla de consentimiento y agresión sexual, tipifica como delito el dirigirse a una mujer con “expresiones, comportamientos o proposiciones de carácter sexual que creen a la víctima una situación objetivamente humillante, hostil o intimidatoria”, lo que incluye el acoso callejero. Considera también como violencias sexuales la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados, el acoso sexual y la trata con fines de explotación sexual. También hace una mención específica a las violencias sexuales que se ejercen en el ámbito digital.
Por su parte, desde la Organización Mundial de la Salud se define como: “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.
Para las víctimas, es muy difícil narrar lo sucedido de forma ordenada y clara, lo que puede suponer que, en algunos ámbitos como el sanitario, policial y judicial sean cuestionadas si los profesionales que les atienden no tienen la formación y sensibilidad necesaria para trabajar con estas mujeres.
En nuestro centro, además de estar especializadas en la atención psicológica a víctimas y supervivientes, contamos con expertas en la realización de informes periciales psicológicos con mujeres que han sufrido violencia sexual y/o violencia por parte de su pareja.
Los informes forenses requieren la realización de una profunda evaluación, con gran atención al detalle y conocimiento del fenómeno, imparcialidad y objetividad.
Estos informes ayudan a jueces y tribunales a tomar una decisión funcionando como una prueba más para aportar al proceso judicial, lo que hace que cada vez más nos soliciten este tipo de servicios.
Si necesitas ayuda, puedes encontrarnos en nuestro Centro de Psicoterapia Integral y solicitar toda la información sobre nuestros procesos de atención a mujeres y elaboración de informes psicológicos periciales.