Me doy permiso para…

Ejercicio para mejorar tu autoestima

 

Muchas veces tenemos una fuerte sensación de agotamiento, de sobrecarga de responsabilidades, de enfado hacia los demás, y hacia nosotras/os mismas/os, por no saber poner límites, de infravaloración, de ansiedad, de impotencia…

Y todo esto sucede, entre otras cosas, porque tenemos una incapacidad para darnos permiso para hacer o dejar de hacer cosas que nos ayudarían a eliminar estas sensaciones. No nos damos permiso para priorizarnos, para tratarnos bien, para acallar esa voz interna llena de autocríticas y “deberías”, para hacer aquello que deseamos aunque a los demás no les guste, nos negamos esos momentos de bienestar y con ellos, la posibilidad de conocernos y querernos más y mejor.

Nos cuesta mucho practicar el amor propio porque no nos han enseñado, nos han hecho pensar que es egoísta o está mal anteponer las necesidades y deseos propios a los ajenos y, acabamos relegando “lo mío” a lo último, y cuando acabamos de cumplir con las obligaciones o responsabilidades, apenas nos quedan recursos, energía o tiempo para dedicárnoslos a nosotras/os mismas/os.

Por eso, es fundamental que aprendamos a invertir en nosotras/os, a no juzgarnos, a regalarnos amor, autocuidado, tiempo, en definitiva, a darnos permisos. El ejercicio que os propongo hoy es que terminéis de rellenar esta lista de permisos con el resto de permisos que pensáis que necesitáis daros para encontrar ese equilibrio que nos permita alcanzar el bienestar emocional.

 

MIS PERMISOS

    • Me doy permiso para dedicarme tiempo para pensar en cuáles son mis necesidades.
    • Me doy permiso para equivocarme y hacer las cosas de manera imperfecta.
    • Me doy permiso para decir “no” sin sentir que estoy fallando a alguien, ni que soy egoísta ni culpable.
    • Me doy permiso para pedir lo que deseo o necesito.
    • Me doy permiso para decidir qué hacer con mi tiempo y mi cuerpo.
    • Me doy permiso para descansar cuando lo necesite, relajarme y no hacer nada.
    • Me doy permiso para no asumir responsabilidades que no me corresponden.
    • Me doy permiso para hacer lo que quiera, con consideración y respeto hacia los demás.
    • Me doy permiso para no sobrecargarme de trabajo y liberarme de autoexigencias.
    • Me doy permiso para no sentirme responsable de los estados emocionales de los demás.
    • Me doy permiso para no posponer mi felicidad.
    • Me doy permiso para………………

 

Y ahora continúa rellenando tu propio ejercicio y añade los permisos que consideres necesario, sin perder de vista, que la finalidad del mismo pasa por empezar a interiorizar todos estos permisos para empezar a vivir de una manera más positiva y colocarnos, tal vez por primera vez, en el centro de nuestras vidas.

 

Bárbara Zorrilla Pantoja

Psicoterapia Integral Mujer