Cine y Violencia de Género

Tamara Vázquez y Raquel Moreno, publicaron en el diario Expansión «Grey y el erotismo de supermercado» a propósito del día de San Valentin, un excelente artículo en el que contaron con mi colaboración y que replico a continuación:

Ahora que Disney, por fin, ha comenzado a diseñar princesas del siglo XXI (Vaiana), dueñas de su propio destino, que no necesitan realizarse a través de arcaicos códigos románticos ni ser rescatadas o defendidas por príncipes azules, llega el Sr. Grey y se cepilla de un fustazo cincuenta años de avances feministas con su erotismo de supermercado, pretendidamente oscuro, pero que no pasa del rosa fucsia. La segunda película inspirada en la saga literaria que ha convertido a la autora estadounidense E. L. James en una de las escritoras mejor pagadas del mundo (sólo en 2013, con la trilogía completa ya publicada, ganó 93 millones de dólares) llega a las pantallas para celebrar el día de San Valentín, lo que supone, en sí misma, toda una declaración de intenciones. Y lo hace con el respaldo de la taquilla: número 1 en 51 países, incluido España, donde la cinta ha sumado una recaudación estimada en 4,9 millones de euros. Además, es el mejor estreno del año en nuestro país, y el mejor desde Star Wars: El despertar de la Fuerza (2015).

Pero Grey no deja de ser un príncipe azul de los de siempre, envuelto en cuero y celofán, pero príncipe, al fin y al cabo, una suerte de Bestia que será redimido por Anastasia, la dulce joven de corazón puro que bajará a los infiernos para redimir a su amado. En la historia más vieja del mundo, más reaccionaria, machista y misógina que un tweet de Donald Trump. Y, sin embargo, tiene legiones de fans en todo el mundo. ¿Por qué?

Para la psicóloga experta en violencia de género, Bárbara Zorrilla Pantoja, «el cine actual sigue transmitiendo estereotipos machistas que contribuyen a normalizar y justificar lo que realmente suponen manifestaciones de violencia de género como el control, los celos, el acoso o el aislamiento, y que suponen la antesala de otras formas de violencia mucho más graves». Una opinión compartida por la socióloga y crítica de cine Pilar Aguilar, que en una entrevista para la Universitat Politècnica de València, apuntaba: «Los mensajes del cine siguen siendo extremadamente patriarcales y, como espectadores, ni siquiera los captamos por lo que no tenemos las posibilidad de tener un distanciamiento crítico».

«Películas como 50 sombras de Grey, A tres metros sobre el cielo, Crepúsculo, Pretty woman, Serendipity o Algo para recordar nos enseñan que existe un único amor verdadero, esa alma gemela que está destinada para nosotras y que no podemos dejar escapar porque, de lo contrario, nos quedaremos solas, y la soledad es horrible, pues hemos aprendido que solamente teniendo una pareja vamos a alcanzar la felicidad soñada», apunta Bárbara Zorrilla. Esta psicóloga advierte que, en la pantalla, para no perder a esa (supuesta) media naranja «a las mujeres nos enseñan a entregarnos totalmente y sacrificarnos ya que, si tenemos paciencia y somos cariñosas, perdonamos y aguantamos, al final, tendremos el premio de su amor». La trabajadora social y experta en violencia de género, Tamara García, comparte esta idea, señalando además que aunque «el amor y la ficción tienen reglas muy distintas, pero coinciden en una cosa: exigimos unas expectativas muy altas a quiénes más amamos».

Por el contrario, el rol masculino dista mucho de este papel: «A ellos se les enseña que deben ser rudos, líderes y fuertes, porque el hombre duro es más atractivo, y que no cejen en su empeño de conquistar a una mujer, aunque esta diga que no, porque el acoso se concibe como algo romántico donde, al final, ella dirá que sí y será suya para siempre», resalta Bárbara Zorilla.

Aunque, afortunadamente, hay ficciones que se salvan de esta quema, presentándonos figuras femeninas y masculinas alejadas de los cánones más reaccionarios y preestablecidos. Tamara García destaca al protagonista de Cómo conocí a vuestra madre, como ejemplo de algo distinto. «Durante la cuarta temporada, Ted Mosby es abandonado en el altar y empieza a tener problemas para adaptarse de nuevo a las relaciones afectivas, pese a ello, el personaje de Ted, se mantiene como un romántico empedernido y fantasioso, alejado del arquetipo tradicional de macho alfa. Se muestra vulnerable. Temporada a temporada, vivimos la valoración que hace sobre la amistad y la forma en la que establece, mantiene, deshace y es abandonado, en relaciones igualitarias. Vive alguna relación tóxica. Sigue adelante. Representa el arquetipo de las «nuevas masculinidades» a las que nos referimos actualmente, que por fortuna, ni son nuevas, ni tienen nada que ver con la concepción tradicional de la masculinidad, sino que llevan conviviendo desde que el mundo que es mundo, pero ahora, las reivindicamos con fuerza. Y nos encantan.» The Big Bang Theory, Friends, Modern Family…, son otros ejemplos de personajes másculinos y femeninos alejados del clásico rol de género.

Además, Tamara García apunta sobre el criticado final de Cómo conocí a vuestra madre que «no se trata de un final improvisado. Esta serie no va sobre un joven que encuentra al amor de su vida, sino de un hombre que vive el abandono, la soledad, la decepción y la muerte, y pese a ello, comprende en su madurez, que la capacidad de amar continúa en él, y quizás ha convivido junto a otras formas de amar».

Pero, ¿cómo combatir estos estereotipos? Para Bárbara Zorrilla, la solución pasa por «mostrar en las películas otras formas de relación más sanas e igualitarias, basadas en el respecto, la libertad y el buen trato, para que la violencia en las relaciones no tenga cabida nunca más».