Ser psicóloga no nos hace invulnerables ni inmunes al dolor, al trauma, a los mandatos de género y sociales, al estrés o a las heridas de la infancia. De hecho, alguien insensible frente a estos temas nunca podrá ser una buena profesional porque le faltarán herramienta esenciales, perspectiva, empatía y conciencia de cómo nuestros vínculos, nuestras historias vitales, nos atraviesan y nos marcan.
La realidad es que no por ser psicólogas tenemos todo resuelto, somos humanas, que nos hemos socializado en un mundo que, al igual que vosotras, nos dice cómo tenemos que ser y comportarnos para ser aceptadas como personas y valiosas como profesionales.
Esto hace que realizar terapia sea esencial para los y las profesionales de la salud mental, no sólo como cuidado personal, en pro de nuestro bienestar, que ya sería razón suficiente, sino como responsabilidad ética hacia nuestras/os pacientes. Nos permitirá hacer un acompañamiento más adecuado a las personas que confían en nosotras, tener la certeza de que no estamos interviniendo desde lo propio, desde lo que tenemos resuelto, sino desde el conocimiento, basado en la formación, la experiencia, y por supuesto, nuestras habilidades.
Tener un espacio terapéutico propio y ser acompañada/o por otra profesional experta, no es un capricho, no es un lujo, es un acto de responsabilidad y conciencia profesional. En nuestro centro atendemos una gran cantidad de profesionales, no sólo del ámbito psicológico, también sanitario, educativo, social…mujeres atravesadas por una ingente cantidad de expectativas, mandatos y sistemas que les condicionan. Y, como es indudable que nuestra personalidad, nuestra historia personal, influye en cómo acompañamos, hacer nuestros propios procesos terapéuticos, nos fortalece y nos hace más sabias como personas y como profesionales.
Este post es para recordarte que, desde nuestro centro, te ofrecemos un espacio seguro, con un equipo con orientación integral, con formación en trauma, apego, perspectiva de género, humanista, psicología sistémica y cognitivo-conductual, entre otras. Un espacio ético, sin exigencias, en el que tú vas a ser cuidada, en el que vas a poder ser tú misma, explorar lo que te duele y mostrar tu vulnerabilidad sin necesidad de que tengas que sostener tu habitual rol profesional.
Porque necesitamos y merecemos ser acompañadas y nuestro proceso es tan valioso como en que cualquiera de nuestros pacientes, ya sabes donde estamos.
Para solicitar la información que necesitas y tener una conversación con la directora del centro puedes pinchar aquí.