Celos infantiles: Prevención y tratamiento

¿QUÉ SON LOS CELOS?

Los celos, son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido. En un sentido estricto, se entiende, como el sentimiento producido por el temor de que la persona amada prefiera a otra; frecuentemente, este sentimiento va acompañado de envidia – resentimiento hacia quien se percibe como rival.

La persona que siente celos percibe la realidad algo distorsionada; considera que es menos querida que antes, parece tener un radar que le trae a la memoria lo que le produce angustia, su autoestima suele ser baja, vive con ansiedad, puede experimentar rechazo a aquello que le produce satisfacción, le cuesta centrarse en actividades que exigen concentración, o se aísla en su mundo.

Suelen ser personas sensibles, y esta sensibilidad puede dar lugar a manifestaciones orgánicas como: tensión muscular, dolor de estómago, cansancio, se hace pis (enuresis diurna o nocturna)… Pueden experimentar sentimiento de rechazo hacia el otro hermano, deseos de agredirle y esto hace que se sientan culpables, lo que a su vez incrementa su sufrimiento. Es como un círculo vicioso que eleva su ansiedad y le impide afrontar la vida con serenidad.

MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES

El niño o la niña celosa pueden mostrar una o varias de estas conductas:

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  • Signos de infelicidad y/o frustración: lloro frecuente y sin motivo aparente, momentos de tristeza, preguntas alusivas a sí se le quiere o no.
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  • Negativismo: responder con un NO, a propuestas que antes aceptaba, a veces sin escuchar lo que se le expone y/o pide.
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  • Cambios en el desarrollo del lenguaje: habla infantil imitando el lenguaje del pequeño, repetición de palabras y frases, tartamudeo.
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  • Escaso apetito: come menos que antes y se niega a probar alimentos que antes pedía.
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  • Sueño irregular: en genera,l pide ir a la cama de los padres, o solicita compañía en la suya, llama frecuentemente a un adulto.
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  • Cambio de estado de ánimo sin causa aparente: pasa de quietud a intranquilidad, de alegría a tristeza, de actividad a inactividad.
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  • En casos extremos pueden aparecer manifestaciones de tipo orgánico: vómitos, anorexia, mareos, terrores nocturnos, insomnio etc.
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  • En ocasiones adoptan conductas desafiantes hacia los padres/madres, familiares y profesores, menosprecian a compañeros, se aíslan socialmente, muestran pruebas de afecto exageradas…
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PAUTAS DE INTERVENCIÓN

Trataremos de evitar, en la medida de lo posible:

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  • Los gritos y las descalificaciones.
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  • Las atenciones y dedicación excesivas.
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  • Privilegios a un@s hij@s frente a otros.
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  • Comparaciones entre l@s diferentes hij@s.
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  • Intromisiones en los conflictos de l@s hij@s y tomar partido en ellos (siempre que no haya agresión).
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  • Atenciones y recompensas al o la «chivato/a».
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  • Comentarios de vecin@s, amig@s y familiares haciendo comparaciones de vuestros hijos.
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  • Un trato irónico, o risa y burla ante conductas inadecuadas.
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  • Que el/la hij@ mayor deba asumir en todo momento la responsabilidad del cuidado del/la herman@ menor.
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  • Tomar en cuenta las conductas propias de bebé (impropias de la edad).
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¿Qué podemos hacer?:

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  • Fomentar la cooperación entre l@s herman@s. (en las tareas de la casa, recados, en situaciones de juego …)
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  • Observar y reflexionar sobre las conductas celosas de nuestr@s hij@s y reaccionar sin darles excesiva importancia.
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  • Tratar con afecto y atención frecuentes a tus hij@s para que perciban que son querid@s.
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  • @Favorecer el juego con tod@s los hijs (para lograr una mayor armonía entre ell@s).
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  • Promover un clima de sosiego y tranquilidad en todos los momentos posibles.
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  • Analizar entre los adultos las causas posibles de los celos y las distintas soluciones.
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  • Educar a los hij@s en el control de sus emociones: aprender a soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad ante situaciones adversas, enseñarle a aceptar sus incapacidades y dificultades con optimismo.
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  • Respetar la autoridad de madre y padre y admitir los límites establecidos en la familia.
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  • Conseguir que se acepten las normas de casa de forma democrática. Resulta necesario conseguir que se respeten aquellas normas que la unidad familiar estime imprescindibles. No obstante, si algún/a hij@ se rebela, conviene que se expliciten los límites de la convivencia familiar.
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  • Respetar el espacio de juego e intimidad de cada hij@.
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  • Estimular a l@s hi@os para que expresen lo que sienten con libertad y puedan compartir tristezas y alegrías.
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  • Darles seguridad.
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Consejos y orientaciones para las familias ante la llegada de un nuevo miembro:

ANTES DEL NACIMIENTO

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  • Hacer partícipe a l@s hij@s de las tareas que conlleva la llegada de su herman@.
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  • Preparar la cuna y habitación, adquirir la ropa…Valorar y reforzar a l@s hij@s tras la realización de estas tareas; más por la actitud que manifiestan que por el resultado final.
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  • Resaltar la importancia de tener herman@s y de la felicidad que esto comporta en el juego, en las labores diarias, en la alegría de la casa y de las reuniones familiares…
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  • Advertir a los familiares que en las visitas que nos realicen eviten expresiones del tipo: «ahora si que vas a tener que compartir», o «ya sabes, lo tendrás que cuidar porque el niño será muy pequeño y tu ya eres mayor» etc…
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  • Así mismo incitarles a que sus expresiones hagan alusión a aspectos positivos referidos al/la nuevo herman@: «te vas a divertir mucho», «con un hermano vas a poder jugar cuando se haga un poco más grande» etc. ..
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  • Debemos evitar la coincidencia de llevar al/la mayor a una escuela infantil cuando nace otr@ herman@. Es preferible adelantar o retrasar esta entrada para que no asocie: nace mi herman@ = salgo de casa.
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TRAS EL NACIMIENTO

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  • Evitar frases que recriminen sus acciones: «No lo toques», «Aléjate que no me fío de ti», «Que se te va a caer»..
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  • Estimular con expresiones positivas todo acercamiento: «Qué bien lo cuidas» «Eres muy responsable», «Ven que lo vas a bañar muy bien».
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  • Involucrar a l@s hermanos en las tareas de cuidado, higiene, alimentación etc.
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  • Buscar espacios para atender de forma preferente a l@s herman@s en el momento del nacimiento del nuevo bebé y en el período posterior. Las personas adultas solemos dirigirnos rápida y casi exclusivamente al/la recién nacid@, relegando la atención a l@s demás herman@s; sin embargo, son ést@s los que pueden manifestar conductas celosas y no el recién nacido que no es consciente del momento.
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  • Procurar dar afecto a l@s hij@s sin distinción de edad. En nuestra sociedad solemos prestar excesiva preferencia afectiva al/la niñ@ pequeñ@ omitiendo de forma bastante brusca e inconsciente la atención a los hermanos mayores.
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  • Valorar a nuestr@s hij@s delante de familiares y visitas, tratando de omitir todo comentario negativo sobre ell@s.
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CONCLUSIONES

En la mayoría de las situaciones en las que se detectan conductas celosas, éstas pueden considerarse como manifestaciones naturales, respuestas propias de la edad y debemos entender la aparición de estos «miedos» como un proceso de adaptación y maduración en la evolución normal de los niños y niñas.

Si los padres y madres transmiten seguridad y afecto, los celos irán dando paso a una relación amistosa entre herman@s. La cooperación de todos y un clima familiar donde se dan oportunidades para participar, contribuirá a que la rivalidad entre herman@s vaya disminuyendo progresivamente.

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Bárbara Zorrilla Pantoja

Psicoterapia Integral Mujer

barbarazorrillapantoja.com

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