Me ha gustado tantísimo esta serie de Movistar Plus que no he podido resistirme a sacar unos minutos para hablaros de ella.
Como soy psicóloga y no crítica de cine, no voy a detenerme en felicitar a Javier Calvo y Javier Ambrossi por su gran trabajo como directores ni en alabar las grandes interpretaciones de las actrices y actores. Voy a hablar de lo que a mí, como profesional de la salud mental, me ha fascinado.
Bajo el telón del terrible fanatismo religioso mezclado con psicopatología, la serie se narra a saltos entre el presente y el pasado, y, con cada bit de información que nos ofrece cada fragmento de pasado, nos ayuda a entender el presente, lo mismo que hacemos en nuestra intervención psicoterapéutica en consulta. En este caso además, se muestra claramente como opera el trauma, como influye en la construcción de nuestra personalidad y en la manera en que nos vinculamos en el presente.
Habla de abandono y desamparo, de negligencia, de figuras de apego disfuncionales, dañinas y no protectoras, de vínculos maternofiliales tóxicos, y de como todo esto interacciona y genera secuelas que los dos protagonistas, Enric e Irene, arrastran en su vida adulta. Vemos y sufrimos a una madre negligente, que no sabe ni puede querer a sus hijos como lo necesitan, en la que se sospecha de psicopatología desde el primer capítulo y que trata de llenar el enorme vacío que siente mediante relaciones dependientes y maltratantes y con la religión, vivenciada de forma obsesiva y fanática.
Nos ayuda también a ver el funcionamiento de determinados mecanismos de defensa infantiles que son capaces de cambiar una situación de abuso sexual por una abducción extraterrestre, y es que a nivel inconsciente, el cerebro infantil no está preparado para integrar en el psiquismo una situación tan dolorosa como esta. Cada uno de ellos hace lo que puede para sobrevivir y seguir adelante, poniendo en marcha diferentes mecanismos , Enric reprime y distorsiona los recuerdos dañinos, llegando al aislamiento y la autodestrucción, mientras que Irene evita, trata de enterrar estos recuerdos y no los comparte con nadie, creyendo que así se protege, que puede hacerlos desaparecer y vivir como si nunca hubieran ocurrido.
El final de la serie es maravilloso, la búsqueda y rescate de sus hermanas dinamita estos mecanismos y las débiles estructuras que los protagonistas han creado para tratar de adaptarse, todo salta por los aires y Enric e Irene hacen el camino a la inversa, un viaje de sanación afrontando sus fantasmas que permite que ambos puedan empezar a reparar un daño que se les hizo en la etapa más vulnerable de sus vidas.
Conclusión: recomendadísima.
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